NUESTRA HISTORIA....
Casa Ariza es el resultado del sueño compartido de dos hermanos, Jan y Curro, quienes se propusieron perpetuar el legado y el arduo trabajo iniciado por su abuelo, Don Antonio Ariza Cañadilla, cuando plantó las primeras viñas en el valle de San Vicente en 1979.
Guiados por las enseñanzas y la sabiduría de su abuelo, Jan y Curro exploraron nuevas fronteras, cultivando sus propias hortalizas orgánicas en Estados Unidos y suministrando vegetales heirloom de la más alta calidad a los mejores restaurantes de San Diego y sus alrededores. Sin embargo, no fue sino hasta el año 2015 cuando decidieron asumir el desafío de dirigir el viñedo favorito de Don Antonio.
Aplicando los conocimientos adquiridos en el campo, y con el privilegio de contar con 64 hectáreas de tierra increíblemente fértil de arcilla roja y abundante agua, los hermanos expandieron y perfeccionaron el viñedo, logrando producir algunas de las mejores uvas de Baja California.
Simultáneamente, comenzaron a vinificar parte de su producción de uva con el fin de explorar las cualidades particulares de cada parcela, destacando variedades como Sauvignon Blanc, Chenin Blanc, Chardonnay, Cabernet Sauvignon y Ruby Cabernet. Tras cinco años de cuidadoso trabajo, dieron vida a una marca propia que honra el legado de su abuelo, quien fuera el fundador de Casa Pedro Domecq México.
Así fue como nació Casa Ariza, un proyecto que fusiona la pasión por el vino con el respeto por la tradición y el compromiso con la excelencia.
Casa Ariza es el resultado del sueño compartido de dos hermanos, Jan y Curro, quienes se propusieron perpetuar el legado y el arduo trabajo iniciado por su abuelo, Don Antonio Ariza Cañadilla, cuando plantó las primeras viñas en el valle de San Vicente en 1979.
Guiados por las enseñanzas y la sabiduría de su abuelo, Jan y Curro exploraron nuevas fronteras, cultivando sus propias hortalizas orgánicas en Estados Unidos y suministrando vegetales heirloom de la más alta calidad a los mejores restaurantes de San Diego y sus alrededores. Sin embargo, no fue sino hasta el año 2015 cuando decidieron asumir el desafío de dirigir el viñedo favorito de Don Antonio.
Aplicando los conocimientos adquiridos en el campo, y con el privilegio de contar con 64 hectáreas de tierra increíblemente fértil de arcilla roja y abundante agua, los hermanos expandieron y perfeccionaron el viñedo, logrando producir algunas de las mejores uvas de Baja California.
Simultáneamente, comenzaron a vinificar parte de su producción de uva con el fin de explorar las cualidades particulares de cada parcela, destacando variedades como Sauvignon Blanc, Chenin Blanc, Chardonnay, Cabernet Sauvignon y Ruby Cabernet. Tras cinco años de cuidadoso trabajo, dieron vida a una marca propia que honra el legado de su abuelo, quien fuera el fundador de Casa Pedro Domecq México.
Así fue como nació Casa Ariza, un proyecto que fusiona la pasión por el vino con el respeto por la tradición y el compromiso con la excelencia.